Género, educación y producción de espacios infantiles.

por Equal Saree. Colectivo integrado por Dafne Saldaña, Carla Amat, Julia Goula y Helena Cardona. equalsaree@gmail.com


Existe un vínculo entre el diseño de los espacios, la construcción social del género y la educación espacial diferenciada que reciben niños y niñas. En los espacios de juego de las escuelas se reproducen roles de género tradicionalmente femeninos y masculinos y existen fenómenos de exclusión y minusvaloración por razón de sexo, basados en los estereotipos sexuales y en la jerarquía de géneros. Las cualidades de los espacios influyen en el uso diferenciado que niñas y niños hacen de los mismos. A su vez, la educación de género que reciben refuerza la segregación en el uso y condiciona la apropiación de los espacios. En la infancia es cuando se consolida la identidad de género de las personas, reflejándose en actitudes y conductas y en las expectativas sociales sobre ellas y ellos. La escuela mixta, como espacio educativo donde las niñas y los niños tienen acceso a los mismos contenidos pedagógicos, los mismos docentes y los mismos materiales didácticos, puede causar un efecto de igualdad que, en realidad, tiene un efecto perverso: contribuye a camuflar las formas reales de discriminación socioeconómica, racial y sexual que los sistemas educativos no reconocen institucionalmente. La desigualdad real encubierta facilita una interiorización de la misma que la vuelve “normal” y aceptable.

 El patio del recreo es donde más se visibilizan las desigualdades de género, ya que el profesorado acostumbra a intervenir menos que en las aulas y las normas son menos rígidas, dando lugar a una imposición de roles sociales y culturales y pudiéndose detectar más fácilmente las posibles situaciones de desequilibrio, jerarquía y violencia. Como se recoge en diferentes estudios, los niños suelen ocupar los espacios centrales del patio y tienen papeles activos en los juegos, ocupando el espacio de forma dinámica. Generalmente, las modalidades de juego que escogen son invasivas con el juego de las demás personas. Las niñas suelen ocupar rincones y espacios periféricos, mostrando actitudes más pasivas y estáticas. La modalidad de juego desarrollada generalmente por las niñas es el juego simbólico. Estos patrones, que se aprenden en el patio de la escuela durante la infancia, condicionan la forma de posicionarse y relacionarse en el espacio y se reproducen en actitudes y conductas en el espacio urbano.

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El patio de recreo es donde más se visualizan las desigualdades de género. Fuente: Equal Saree.

Pero, ¿cuál es el orígen de estas diferencias? Los espacios gestionan la identidad personal, estableciendo la frontera espacial y psicológica entre yo y los otros, sea este yo individual o colectivo. Los “ganadores” en la sociedad son aquellos “capaces de conquistar el espacio, invadir y adquirir el de los demás y defensar el propio” (Weisman, 1994:24). Pero no todas las criaturas que crecen en una sociedad patriarcal aprenden las mismas lecciones territoriales. Los niños pequeños son socializados para convertirse en los hombres que han de continuar salvaguardando la supremacía masculina. Las niñas pequeñas son socializadas para convertirse en las mujeres que los apoyarán. Los niños son educados en nuestra sociedad para ser espacialmente dominantes. Los animamos a que sean aventureros, a que descubran y exploren su entorno. Aprenden cómo reclamar más espacio que las niñas a través de su postura corporal, de la asertividad verbal, etc. Las niñas son educadas para esperar y aceptar limitaciones espaciales. Desde la infancia su franja espacial está restringida a los “protegidos” y homogéneos alrededores de la casa y el vecindario cercano. Son educadas para ocupar pero no para controlar el espacio. Aprenden a mantener sus fronteras espaciales permeables y a tolerar frecuentes irrupciones.

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Desde Equal Saree se trabaja en proyectos de análisis e intervención de igualdad de género en la escuela. Fuente: Equal Saree

Para evitar y prevenir la reproducción de estas desigualdades desde la infancia es necesaria la generación colectiva de criterios de diseño y gestión espacial con una perspectiva paritaria. Para ello es necesario realizar un análisis previo para conocer qué particularidades del espacio reproducen las desigualdades y cuáles nos ayudan a evitarlas. La participación de todas las personas implicadas (educadoras y educadores, niñas y niños y familias) en el proceso de análisis es imprescindible. Se trata de un proceso social y político que va más allá del espacio particular en el que se trabaja y en el que alumnado y profesorado tomarán conciencia sobre las desigualdades de género en el uso de los espacios y reflexionarán sobre su papel como agentes activos para evitarlas y prevenirlas. Desde el colectivo Equal Saree hemos realizado un proyecto piloto de análisis e intervención de igualdad de género en la escuela Joan Solans de Granollers, Barcelona. Para el análisis se han utilizado diferentes técnicas que han facilitado la participación de todas las personas: observaciones de los participantes, debates y entrevistas, cuestionarios, actividades de dibujo y una actividad de teatro. A partir de estas actividades hemos podido comprobar la influencia de la educación espacial diferenciada por género en el uso y en la ocupación y la dominación territorial del patio. Esta educación se transmite a través de estereotipos y valores sociales sexistas presentes en los discursos del profesorado. También hemos visto que determinadas cualidades del espacio pueden potenciar o evitar estas desigualdades. Los espacios diversos y flexibles favorecen un uso y un repartimiento más igualitario así como el desarrollo de unas actividades menos estereotipadas y menos segregadas por género. El confort es una cualidad de los espacios que se debe tener en cuenta para incorporar la perspectiva de género, ya que es un elemento importante para el bienestar de las personas y relacionado con los cuidados. Tener en cuenta una representatividad real y simbólica igualitaria de todas las personas fomenta valores y conductas no sexistas que se reflejan en el uso de los espacios. Tenerlo en cuenta es necesario para erradicar los valores sexistas del alumnado y el profesorado que tienen un gran impacto en la jerarquía y las desigualdades en el patio. Por último, una gestión no sexista del profesorado es imprescindible para un uso igualitario del espacio de juego. El recreo es un espacio educativo y, precisamente por ser donde los niños y niñas tienen más libertad, es donde aprenden a organizarse y a convivir. Por eso es importante una gestión activa del profesorado que, sin ser autoritaria, introduzca valores inclusivos y potencie un uso igualitario del espacio.

Enlaces relacionados:

Web Equal Saree: www.equalsaree.org

El pati de l’escola en igualtat. Diagnòstic i intervenció de gènere a l’espai d’esbarjo. https://dl.dropboxusercontent.com/u/55160676/L%27espai%20d%27esbarjo%20en%20equitat.%20Equal%20Saree.pdf

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5 comentarios en “Género, educación y producción de espacios infantiles.

  1. excelente el enfoque que das la forma en que el patio puede perpetuar los roles y los condicionamiento sociales. No lo había pensado, pero
    no se puede dudar que se conservan las estructuras de dominación siempre a todas las escalas.

    Me gusta

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