Por Lucila Urda y Patricia Leal (Pez Arquitectos) y Pablo García-Serrano, ecólogo urbano y paisajista.
Una ciudad diseñada para los niños es una ciudad para todos (Tonnuci, 2005). Sin embargo, la ciudad contemporánea no es en este momento un lugar para todos. Paradójicamente la mayoría de los espacios urbanos dedicados a la infancia tampoco son espacios inclusivos ni lugares estimulantes para los niños.
Es bien sabido que no hay un período de mayor aprendizaje en la vida que en la primera infancia (Zapata y Restrepo, 2013). Desde el nacimiento a los 8 años se dan una serie de procesos neuronales y de aprendizaje determinantes, que condicionarán la capacidad de desarrollo a lo largo de sus vidas.
Desde una perspectiva ecológica del desarrollo humano (Bronfenbrenner, 1979), el espacio nunca es neutro. Impone unas condiciones que pre-forman la acción y las interacciones, favoreciendo unos procesos e inhibiendo otros que orientarán el desarrollo en una determinada dirección.
Si analizamos los espacios públicos más frecuentados por la infancia en la ciudad tendremos que recorrer el hilo que une la casa con la escuela. El camino, la Plaza, la Puerta y el Patio con todas sus variantes son sus primeros espacios de socialización. Pero ¿Son estos espacios amables con la infancia?

Figura 1.- El Proyecto Micos como mediador entre los espacios educativos y sus barrios. Imagen: Pez Arquitectos.
Realmente lo que nos encontramos para la infancia son espacios acotados (patios escolares y áreas de juego) diseñados fundamentalmente para un adecuado control y vigilancia parental/institucional (Furedi, 2001). Este proceso de producción de espacios de control es acompañado por un aumento de la preocupación por la seguridad de los menores. Este pánico al daño potencial representado por la persona desconocida ha conducido a una vivencia infantil espacialmente restringida y altamente supervisada (Pain, 2006). La consecuencia es el pago de un alto precio en relación a su autonomía (OCDE, 2012), interacción social y salud (Hillman, Adams and Whitelegg 1990)
En el caso de los patios escolares el diseño responde a modelos educativos y sociales obsoletos. En la mayoría de centros educativos encontramos los mismos patios homogéneos (con una hegemonía total de las pistas deportivas) nada flexibles, duros y poco permeables al exterior.

Figura 2.- Patio monofuncional de un centro educativo madrileño. Imagen: Pez Arquitectos.
Desde el año 2012, en la ciudad de Madrid, llevamos reflexionando sobre los espacios públicos en torno a los centros escolares. Reivindicando accesos amplios y libres de tráfico, espacios de relación próximos y acondicionados para la infancia y mostrando la necesidad de un cambio profundo en las estructuras establecidas.
Partiendo de este análisis el Proyecto MICOS, Micro-intervenciones en centros escolares,nace como una práctica reflexiva para transformar de forma sostenible y participativa espacios públicos de centros educativos (patios y accesos). A lo largo de estos años hemos conseguido realizar talleres participativos en cinco colegios y una escuela infantil de Madrid.
En ellos se han implicado diversos colectivos según el tipo de centro: familias, asociaciones de madres y padres de alumnos, equipos docentes, vecindario, artistas y técnicos. Colaborando con estudiantes de arquitectura y diseño se proponen talleres que tienen como objetivo dar una respuesta a las necesidades del centro y a los deseos de los niño/as. Consideramos que la comunidad educativa debe ser motor del barrio y para ello “derribar los muros” (físicos y mentales) que separan a los equipamientos públicos de su entorno inmediato.
El proyecto Micos tiene el propósito de convertir los centros educativos en polos de barrio a través de la incorporación de procesos de transformación de sus propios espacios con la implicación de las comunidades educativas y del vecindario de proximidad.
Se formaliza a través de talleres basados en una reflexión sobre el espacio para rediseñar el paisaje escolar (relieve, vegetación, equipamiento estancial y lúdico, heterogeneidad de espacios etc.) de manera que los menores puedan desarrollar su autonomía como ciudadanos con derecho a la ciudad, mediante el juego en un espacio complejo de riesgo controlado.

Figura 3.- Propuestas infantiles de mejora de su patio escolar. Imagen: Pez Arquitectos.
Aparecen así, en los patios y accesos, mobiliario, elementos de sombra y tratamiento de los pavimentos realizados con materiales reciclados y de bajo presupuesto que transforman las percepciones de las comunidades y generan nuevas interacciones entre ellas.
El equipo Micos lo formamos el grupo de arquitectos Pez Arquitectos y el ecólogo urbano Pablo García Serrano. Nuestro trabajo comienza con la detección de centros educativos con problemas en sus espacios comunes con distintas causas (falta de espacio, de variedad, de accesibilidad, etc.) Una vez localizado el centro se propone a la comunidad educativa el desarrollo de un proyecto participativo que logre mejoras sobre las condiciones de partida.
En el proceso se incluye desde el principio a alumnado, familias y equipo docente, que expresan sus necesidades y deseos sobre cómo les gustaría que fueran sus espacios. Con las ideas recopiladas se hace una interpretación técnica para traducir los deseos en propuestas formales como mobiliario, vegetación, incorporación de color o nuevos materiales.

Figura 4.- Propuesta de intervención de un patio escolar por alumnos de la ETSAM. Imagen: Pez Arquitectos.
En todas las propuestas las modificaciones se realizan con elementos “low cost” o procedentes del reciclaje y, en la mayoría de los casos, los cambios han permanecido solamente con un carácter efímero. La falta de concienciación municipal y la ausencia de apoyos sólidos han limitado fuertemente el proyecto.
Sin embargo, en los casos en los que la voluntad de la comunidad educativa es realmente firme las posibilidades de éxito son muy altas. El Proyecto Micos, lleva ya 3 años de recorrido y tiene mucho más por recorrer, con muchas propuestas en camino y cada vez más agentes interesados en que se continúe llevando a cabo.
Rediseñar los espacios escolares y por extensión el barrio, generando un espacio complejo promotor de aprendizaje y autonomía es necesario y urgente para poder contribuir desde la infancia a la construcción de una ciudad para todos.

Figura 5.- Propuestas infantiles de mejora de su patio escolar. Imagen: Pez Arquitectos.
Referencias
Bronfenbrenner, U. (1979). The Ecology of Human Development: Experiments by Nature and Design. Cambridge, MA: Harvard University Press.
Furedi, F. (2001) Paranoid parenting: Abandon your anxieties and be a good parent. London: Penguin.
Hillman, M., Adams, J., & Whitelegg, J. (1990). One false move. Policy Studies Institute.
OCDE. (2012). PISA 2012 Results: Creative Problem Solving: Students’ skills in tackling real-life problems (Volume V)
Pain, Rachel. (2006). Paranoid Parenting? Rematerializing Risk and Fear for Children. Social & Cultural Geography 7(2): 221–43.
Tonucci, F. (2005). Citizen Child: Play as Welfare Parameter for Urban Life. Topoi 24, 183-195
Zapata-Ospina, B. E. & Restrepo-Mesa, J. H. (2013). Aprendizajes relevantes para los niños y las niñas en la primera infancia. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 11 (1), pp. 217-227.
webs
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